29 de agosto de 2014

Un recuerdo especial

Hacía muchísimo tiempo que tenía ganas de tener unas bonitas fotos familiares, yo diría que desde antes de que naciera Elsa! Durante el embarazo me hice fotos caseras en las que se veía la progesión de mi barriga, pero son realmente muuuuy domésticas y carecen de valor estético. En la recta final improvisamos una sesión gracias a un amigo y tengo algunas fotos bonitas de los dos con Elsa en la barriguita.

Nació la peque y volvía a tener ganas de reflejar el momento en una sesión de fotos. Pero siempre quedó postpuesto, sobretodo porque no era una prioridad. No es que me arrepienta, pero algunos recuerdos, si no se plasman en algún sitio - por escrito o en imágenes - se los lleva el tiempo. No será por falta de fotos, porque tenemos miles, y seguramente no es tan importante que sean estéticamente perfectas, sino que sirvan para transportarnos hasta el "ahora" y refrescar nuestra memoria cuando seamos todos más mayores. 

Pero por fin me decidí y después de vencer la reticencia de mi no-marido a participar, a primeros de Julio teníamos fecha para una sesión de fotos de la Mausi, pero también de los 3. En un primer momento pensé en llevarme a Rita y a Candela, nuestras 2 perras, pero lo descarté por complicar la logística. Son muy buenas, pero están acostumbradas al campo y no a que las llevemos de la correa por la ciudad o la playa. 

El día nos dio la bienvenida con una tormenta de verano espectacular - a las 6.30 de la mañana tronaba y caían chuzos de punta - pensé incluso en cancelar la sesión, pero no lo hice y seguimos con el plan. Por la tarde nos trasladamos a Castelldefels, al estudio de Olga Pareja, la fotógrafa que habíamos escogido. Elsa llegó un poco tímida, pero poco a poco fue tomando confianza. Resulta realmente difícil que una niña de 2 años y poco haga exactamente lo que tú le pides, así que nada de posar o algo parecido. Hubo que sobornarla con galletas, incluso, pero conforme se iba sitiendo cómoda fue más ella misma y conseguimos fotos preciosas en el estudio, en el que había una luz natural impresionante.

Después de la sesión de interior fuimos a una playa, justo al lado del estudio de Olga. Hacía bastante viento y no parecía Julio, sino cualquier día de primavera, y por el mismo motivo tampoco había demasiada gente, lo que fue una ventaja para las fotos. Olga quería aprovechar la luz de última hora de la tarde y la verdad es que a pesar del tiempo medio nublado y ventoso, o tal vez gracias a ello, quedaron unas fotos originales, diferentes y muy bonitas. Fotos de Elsa jugando en la arena, de pequeños detalles y también fotos familiares de nosotros tres.

Estoy muy contenta del resultado y sobretodo  feliz de poder perpetuar ese recuerdo. Cada momento que pasa es irrepetible, pero estas fotografías permitirán que Elsa reviva en el futuro un momento que difícilmente recordará sin estas imágenes. Me ha encantado la experiencia y nos sentimos mucho más cómodos de lo que hubiéramos imaginado gracias a la simpatía y a la proximidad de Olga, que no sólo hace un gran trabajo, sino que - por si lo queréis comprobar - cada día lo hace mejor.

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